Viviendo el Paraiso

miércoles, 28 de abril de 2010

JESUS MURIO PARA QUE VIVAMOS EN LA LUZ

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Jesús soporto el dolor más grande, y fue desechado por Dios para que tu tengas una entrada libre a la habitación de Dios en los cielos y puedas entrar en su presencia y no solo verlo, SINO QUE AHORA PUEDES RECIBIR SU ABRAZO.

La Primera carta de Juan, capitulo 1, versículo 5 nos dice que Dios es luz y que no hay tinieblas en el. Que si decimos que estamos unidos a Dios o si decimos que somos amigos de Dios pero andamos en oscuridad, “acostumbrados a pecar”, somos unos mentirosos y rechazamos a Dios.
Lo que no exige Dios es que decidamos definitivamente a quien seguiremos. Lo que nos exige Dios, si es que decidimos seguirlo, es SANTIDAD TOTAL.

Lograr una santidad “Total” es imposible para el ser humano.

El autor de la sabiduría y el padre de la Ciencia; el único ser al cual jamás podremos conocer con nuestra diminuta mente humana; el que lleva en su currículum ser, entre otras cosas, el diseñador del universo; el Único Dios Verdadero… solo quería demostrarnos la valides de su hipótesis: EL HOMBRE NO PUEDE SER SANTO CON SUS PROPIAS CAPACIDADES NO IMPORTA CUANTO SE ESFUERCE.

Para comprobar su teoría hecha Ley, hizo un estudio, cuya muestra fue un pueblo de Asia llamado Israel, con una duración de aproximadamente 1250 años y llamo a su estudio “LA ANTIGUA ALIANZA DE LA LEY DE MOISES”.

Dios sabia que su teoría era verdad, pero necesitaba que aquellos hombres lo comprendieran: La Ley que El les había impuesto era imposible de cumplir. Aquella ley reflejaba la SANTIDAD que Dios nos exige hoy, pero esta ley fue demasiado difícil para cumplirla.

No bastando con la dificultad de cumplirla, se sumo a nuestra carga el hecho de que el pecado se aprovechaba de nuestra incapacidad para ser santos y empezó a tentar con mas fuerza a todos los seres humanos, provocando que todos pecaran, mereciendo luego morir y SER DESECHADOS POR DIOS.

El Padre, que sabia muy bien que el hombre era incapaz de salvarse por si mismo, ya tenia listo un plan para salvar al mundo de los estragos de haber cometido pecados, y así ya no tener que DESECHARLOS DE SU PRESENCIA. ¿Cuál fue ese plan? Lo veremos en unos momentos.

Pero antes de ver el plan de Dios, veámonos nosotros mismos miles de años después. La ley de Dios fue practicada por los Judíos de aquellos tiempos, incluso aun la intentan practicar con muchos esfuerzos, para así alcanzar a Dios y ser santos para el. Hoy nosotros nos llamamos Cristianos, y tenemos una tarea nada fácil: REFLEJAR LA SANTIDAD DE JESUS, DIOS HECHO HOMBRE. Si nosotros queremos ver a Dios debemos ser algo imposible para nosotros: SER SANTOS; PORQUE SIN SANTIDAD NADIE VERA A DIOS (Hebreos 12, 14).

Solo leamos 1 Juan 1, 5: “Dios es luz, y si no hay oscuridad en el, y si decimos que somos amigos de Dios y estar en plena comunión con el, DEBEMOS ESTAR SIEMPRE CAMINANDO EN LA LUZ, sin oscuridad.

Que difícil es ser un verdadero Cristiano, ¡QUE IMPOSIBLE EL ALCANZAR A DIOS! Si pecamos una sola vez, nos mancharemos con ese pecado y … ¡dejaremos de vivir en luz!

Hasta este momento, debo confesarles que ya me siento mal. A pesar que yo me esfuerce, y de todo de mi para alcanzar a Dios se que nunca podré verlo cara a cara y, menos aun, sentir un abrazo suyo. Viviré una vida de lagrimas, de esfuerzos, de soledad, de dudas y temores, y de esperar todos los días mirando a una estrella con una fugas ilusión de que mi vida alguna vez cambie. Pero eso nunca sucederá, porque he pecado y jamás podré sentir el ABRAZO QUE CAMBIE MI VIDA PARA SIEMPRE. ¿No es así como viven la gente? ¿subsistiendo sin Dios?

El apóstol Pablo en Romanos 7, 14 describe su impotencia al saber que vive en un cuerpo que no puede agradar a Dios. “Miserable de mi, quiero agradar a Dios pero no puedo, incluso lo que no quiero hacer es lo que termino haciendo; ¿quien me librara de este cuerpo de muerte y pecado?”.

En los primeros días de la historia de la humanidad, Satanás sedujo a Eva y la insito para que comiera una fruta del árbol prohibido por Dios. A Eva por primera vez se le aparecían 2 destinos: “Servir a Dios con todas sus fuerzas y vivir abrazada a El para siempre, o por un instante arrodillarse ante Satanás, seguir sus consejos, adorarlo a el, y a adorarse a ella misma”. Incluso cuando nosotros estamos tentados a pecar también tenemos esas 2 opciones: Vivir abrazados a Dios, o arrodillarnos a escuchar los consejos de Satanás y adorarlo a el y adorarnos a nosotros mismos. Eva accedió a comer la fruta prohibida y fue rápidamente a invitarle la misma fruta a su esposo. Adán también comió de esa fruta y decidió la oscuridad en vez de la luz de Dios.

En ese preciso momento, (usando la imaginación), se formo un agujero negro detrás de ellos y salio de allí un ser diabólico, tan oscuro como el negro mas muerto, y tan rojo como la sangre de los pronto asesinará. Así hizo su entrada al mundo “El Pecado”; y violentamente, como si fuera una sustancia pegajosa, cubrió a Adán y Eva despojándolos de su Santidad y su identidad como Reflejos de Dios en la tierra. La desgracia no quedo ahí, sino que detrás de ese pecado, de ese mismo agujero negro, también apareció la “Muerte”, quien saludando a Satanás se burlaba de sus 2 victimas porque sabía que gracias a ellos, ahora iba a gobernar el mundo llenándolo de odio, maldad, destrucción y PECADO.

Adán y Eva que antes estaban cubiertos por la Gloria de Dios, ahora estaban desnudos y avergonzados, estaban en la más grande miseria. Dios apareció en ese momento y rápidamente Adán y Eva se OCULTARON LLENOS DE VERGÜENZA. Dios vio el desastre ocasionado y ahora Adán no sabia que explicación dar. El castigo fue justo pero muy doloroso: DESECHADOS DE LA PRESENCIA DE DIOS.

Saber que uno, no podrá alcanzar a Dios y su ayuda es doloroso, vivir con un pecado que no nos deja ser libres para vivir con la esperanza de estar con Dios: es una tortura. Pero ser desechados por Dios es prácticamente estar muerto.

Ser desechados por nuestros semejantes es lo más doloroso para un ser humano, más del 70% por ciento de los esfuerzos de todas las personas buscan la aceptación de los demás. Y para muchos un pulgar levantado es un asunto de vida o muerte. Sacar una mala nota, no ser elegido para jugar en el equipo, no aprobar una tesis, no recibir aplausos en tu recital, no tener amigos en el colegio, ser el único que no fue invitado a la fiesta, recibir una solicitud de divorcio, escuchar que tus padres no quisieron tenerte… Ser desechado es muy doloroso y más si amas a algo con todas tus fuerzas. Ser desechados por Dios: ESE ERA NUESTRO DESTINO.

Pese a ello Dios nos amaba y no iba a permitir que nos perdamos, este es el plan de la Salvación.

Ya que nuestra incapacidad de ser santos para Dios y estar cubiertos de pecado nos condenaba a vivir como muertos en este mundo y luego una eternidad en el infierno; alguien realmente santo tendría que morir por nosotros pagando toda la deuda del pecado, y quitarnos ese manto oscuro de condenación que teníamos puesto. El único indicado para salvarnos de esta manera era el Único Santo: Jesucristo.

Jesús, el hijo de Dios, podía salvarnos, pero en su condición de Hijo de Dios y creador del universo salvarnos era demasiado fácil. Para que su misión sea realmente eficaz, Jesucristo tenia que venir a este mundo, tener la condición igual a la del ser humano, sufrir las mismas tentaciones que nosotros sufrimos y en vez de pecar una sola vez, el tendría que ser tan obediente, tan obediente!, que hasta fuera capaz de morir de la peor manera, bajo todo el juicio y perversidad del imperio romano: EN LA CRUZ.

Fue así que Jesús, se despojo de su divinidad y bajo a este mundo, humillándose hasta lo mas bajo, y siendo obediente hasta la muerte en la cruz, logro reunir todos los pecados de la humanidad, (pecados del presente, pasado y futuro, pecados desde Adán y Eva, pecados de su tiempo, y los pecados de nuestro tiempo, pasando por los pecados Robespierre, Hitler y Madre Teresa, los pecados de tu abuelo, tu padre y HASTA TUS PROPIOS PECADOS)… Jesús reunió todos los pecados y se entrego a las autoridades de su tiempo y fue torturado hasta la muerte.

Al tercer día Jesús, fue levantado de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo, y fue exaltado hasta el lugar más alto en los cielos, como Rey que gobierna a todos los reinos, y como Señor que es capaz de mandar sobre toda autoridad en los cielos, en la tierra y en el infierno mismo.

Jesús logro intercambiar nuestra condena por la esperanza de una vida eterna a su lado, logro intercambiar nuestro manto de pecado por su manto de divinidad, justicia y lo que tanto anhelábamos SANTIDAD.

Logro intercambiar nuestra condena de ser viudas y huérfanos, por el regalo de ser HIJOS DE DIOS, y ser parte de su pueblo. El regalo de ser de la Familia Real de Dios!. Jesús logro intercambiar nuestra enfermedad por nuestra salud y felicidad sin importar que el tenga que cargar con todas esas enfermedades y heridas en el calvario.

Jesús fue el único capaz de tomar nuestra rebelión en su cuerpo, y aunque el jamás cometió pecado alguno, dejo que lo llamaran Maldito, para que nunca más nadie nos señale con el dedo. En síntesis, Jesús vino a revivir todo lo destruido por Satanás. Y como el dijo: Aunque Satanás haya venido a robar, matar y destruir, yo he venido para darles vida y vida en abundancia.

Todos estos regalos Jesús le da a toda persona que decida salir de las tinieblas y encontrarse con la Luz. Jesús le da esos regalos a toda persona que decida seguir a Dios pese a sus limitaciones y vivir así una nueva vida.

Jesús da todos esos regalos que gano en la cruz y aun más bendiciones a toda persona que decida ya no vivir sin Dios sino invitar a Jesús para que sea realmente el Señor de su vida.

Este es el plan de salvación de Dios: Que aunque jamás podríamos acercarnos a Dios y aunque hayamos pecado y estuviéramos condenados a una miseria eterna, Jesús bajo a este mundo y reunió nuestros pecados en su cruz, murió por nosotros, e intercambio nuestro destino, EL MURIO PARA DARNOS VIDA. Lo único que nos pide es que con fe aceptemos su sacrificio e invitemos a Jesús, ser quien realmente gobierne nuestras vidas.

La primera carta de Juan capitulo 1, versículo 5 dice que Dios es luz y no conciente ninguna oscuridad, Dios nos demanda Santidad. Jesús logro esa santidad para nosotros, al decidir por Jesús, El nos dio el Espíritu Santo y así se escribió la ley de Dios en nuestros corazones. El Espíritu Santo ahora nos ayuda en nuestras debilidades, nos levanta si caemos, nos reanima si fallamos a Dios. Nos conduce a nuestro abogado que es Jesús y después de reconocer nuestro pecado Jesús mismo nos perdona. El espíritu Santo ahora es nuestro mejor amigo, el amigo mas fiel que podamos tener y el amigo que nos grita con todas sus fuerzas de que SOMOS HIJOS DE DIOS.

La santidad para nosotros era una tarea imposible. Ahora, con el Espíritu Santo, la santidad se convierte en nuestro estilo de vida, y gracias a el podremos ser cada día mejores y mas agradables a Dios.

El apóstol Juan dice que Dios es luz y si andamos en la luz podremos tener una unión muy dulce con nuestros hermanos. Pero que pasa si ocultamos nuestro pecado y llenos de vergüenza nos ocultamos de Dios así como lo hizo Adán y Eva. ¿te sientes tan culpable de haber fallado a Dios o a alguien y sufres en silencio ocultándote en la oscuridad? ¿Aun temes al rechazo? Déjame relatarte algo que hizo Jesús que aun no escribí.

Estaba Jesús en su noche mas oscura, cara a cara estaba con uno de sus discípulos más queridos, ¡uno de sus doce!... su ahora enemigo se acerco a el lentamente y sin mas palabras que una traición, Judas le dio un beso. Jesús se mantuvo firme y sereno. Entre golpes y escupitajos en su cara el Maestro solo soltó una lágrima al ver que sus discípulos lo habían dejado y, uno de ellos, Pedro, lo había negado. Decenas de azotes destrozaron su piel, desgarraron su carne y partieron sus huesos, pero el ánimo de Jesús no fue quebrantado. Una corona de espinas en su cabeza y sus manos y pies perforados hicieron que Jesús diga “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, y aunque lo dijo con mucho dolor físico, su corazón estaba aun ardiendo. Jesús aun tenía una esperanza. Pronto será levantado en la cruz. Prometerá la salvación a un ladrón a lado suyo. Dejará a María a los cuidados de Juan, Observará por ultima vez a los hombres que aun lo acusan y se burlan de el. Subirá su mirada al cielo y sabe que se encontrara con una tierna sonrisa de su Papa que le dirá: ¡Unos segundos mas hijo, eres nuestro héroe, lo hiciste bien campeón!.

Subieron la cruz. Jesús estaba ansioso. Rápidamente encargo a Juan el cuidado de su Madre. Prometió la salvación, ya casi todo estaba cumplido y pronto volverá a casa. Jesús da las últimas miradas a la multitud y sonríe, sube la mirada al cielo con la ilusion de un niño, pero… Un momento. Algo anda mal. El cielo se oscurece. el viento que fue creado para acariciarlo ahora es violento, las nubes se cierran más, y Jesús se desespera. Jesús hace un nuevo intento, enfoca más su mirada en el único rayo de luz que quedaba, pero ese rayo de luz se oscurece. “¿Dónde esta Papá?, se supone que este aquí”. Jesús no conoce la vida sin Dios, el esta aterrado. Su corazón por primera vez tiembla y late más rápido que ayer en Getsemani. ¿Dios? ¿Dónde esta Dios? Se pregunta… su mirada esta llena de angustia, sus ojos cambian de color y ahora son grises como la amargura. Jesús tiembla de espanto. Jesús soporto insultos, golpes, azotes, clavos, una cruz, soporto el peso de la humanidad, pero ¿VIVIR SIN DIOS? Esto es mas de lo que Jesús puede soportar. “Ayuda” susurra Jesús, “ayuda” pronuncia con mas fuerza, La gente se sigue burlando de el y lo llaman “Pecador”. “Dio…os mi…o” trata de articular pero no puede. La Trinidad esta rota. Los cielos están de luto. Y Jesús hace el ultimo intento y busca el rostro de su Padre. Dos nubes se alejan de entre si, y se puede ver un agujero entre la oscuridad, Jesús esta emocionado, sabe que vera por fin la sonrisa de Papá, intenta abrir mas los ojos, una sonrisa parece dibujarse en el, y ahí esta Dios… pero… que es lo que ve Jesús, no es la sonrisa de Dios, es su espalda y Jesús solo puede escucha una vos desde los cielos: “LO SIENTO ERES DEMASIADO SUCIO PARA ESTAR EN MI PRESENCIA”. Dios se aleja, el cielo nuevamente se cierra y las lagrimas de Dios se convierten en lluvia, relámpagos y tristeza. El corazón de Jesús esta roto. Y desde el lo mas profundo de su dolor grita destrozando sus pulmones “DIOS MIO, PORQUE ME HAS ABANDONADO”

Tengo noticias para ti: Jesús soporto el dolor más grande, y fue desechado por Dios para que tu tengas una entrada libre a la habitación de Dios en los cielos y puedas entrar en su presencia y no solo verlo, SINO QUE AHORA PUEDES RECIBIR SU ABRAZO. No importas lo que hayas hecho, Jesús fue rechazado para que tu no lo seas, ¿aceptaras ese regalo de Cristo?.

Decide volver a la luz, saca tu pecado de su escondite, muéstraselo a Dios y permite que el lo borre y te limpie nuevamente. DIOS TE DARA SU ABRAZO Y TU MISMO SERAS UNA LUZ TAN GRANDE QUE EL MUNDO TE VERA Y DIRA… REALMENTE ESTE ES HIJO DE DIOS.

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