Viviendo el Paraiso

viernes, 14 de mayo de 2010

ESTUDIO FINAL DE LA LUZ SEGUN JUAN

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Dios nos ha llamado a ser sus hijos para VIVIR SU VIDA EN ESTE MUNDO. Vivir como Dios, con amor, santidad y luz.

A continuación vamos a hacer un estudio rápido de las primera carta de Juan.


Jesús existía desde el principio y antes de ser un hombre de carne y hueso fue llamado “La Palabra de Vida”, esta palabra era capaz de dar “Vida” a todo ser o circunstancia. Esta Palabra fue la que creo el mundo y que dirigió la conducta de los Israelitas por cientos de años. Es una palabra perfecta pues refleja exactamente lo que hay en el corazón de Dios. Es decir: Amor y Santidad.

Esta Palabra se hizo carne y habito en nuestro mundo y los apóstoles, quienes escriben estas cartas, lo han visto y oído, incluso tocado con sus manos. Pero no vayamos a creer que solo los que vieron a Jesús de cerne y hueso tuvieron este privilegio. El apóstol Pablo también pudo ver a Jesús en toda su gloria y por eso el se convirtió a Cristo. Por ello sabemos que todos nosotros podemos contemplar a Jesús y ser testigos de el, y así anunciar la Vida Eterna.

Toda persona que testifica sobre Jesús, y todo mensaje que sale de la boca de un hijo de Dios tiene un propósito: Anunciar que hay Salvación en Jesús. Si la gente acepta este mensaje en su corazón, pasaran a nacer de nuevo y ser hijos de Dios, de esta manera tendrán comunión con nosotros.

En esta ocasión Juan quiere dar un mensaje que ha oído de Jesús: Dios es luz y no hay tinieblas en el.

Al ver en Apocalipsis capitulo 1 podremos ver la descripción que Juan hace a Jesús, y lo describe como una persona que tiene el rostro de sol, que todo su cuerpo brilla y entre otras cosas , sus ojos son como fuego. Es decir LUZ TOTAL. Y también Pablo le escribe a Timoteo y le dice que nadie puede ver a Dios por que el vive en una Luz inaccesible.

En contraste a esto, los hombres sumergidos en el mundo y en el pecado viven apartados de Dios, y como Dios es luz, ellos viven en oscuridad.

Vivir en oscuridad es vivir escondidos de la Verdad de La Palabra de Dios


Es vivir escondidos y cubiertos por el engaño de nuestros pensamientos – “Yo estoy en la Razón”.


Vivir en oscuridad es vivir ensuciándonos en el pecado.

Si decimos que estamos con Dios, pero a la vez caminamos en oscuridad (y ya sabemos los significados de vivir en oscuridad), nos engañamos y no obramos la verdad.

Dios nos pone un ultimátum, o vivir en la luz o vivir en oscuridad, ya que el es luz y no tolerara oscuridad

Pero si caminamos en la luz, como Dios esta en la luz, tenemos comunión unos con otros.

Vivir en la luz es vivir guiados por la Palabra de Dios y por el Espíritu Santo.


Vivir en la luz es vivir obedeciendo el mandato de Dios, es decir, amando a nuestro prójimo y teniendo una fe constante en Jesús.


Vivir en la luz es negarnos a nuestro ego y dejar que Dios nos enseñe si en realidad estamos en lo correcto.

Juan dice que si andamos en la luz tendremos comunión los unos con los otros porque:

La luz causa división entre los que están en la oscuridad y los que están en la luz.

Juan dice que si andamos en la luz, la sangre de Jesús nos limpiara de todo pecado, ya que para mostrar un verdadero arrepentimiento no es necesario llorar a mares y decir “nunca mas”, sino que un verdadero arrepentimiento es cuando llevamos nuestro corazón a la luz, desechamos toda maldad y ganas de pecar, decidimos definitivamente por Dios y nos humillamos a Jesús teniendo fe que su sangre nos limpiara de pecado.

Ya que si reconocemos nuestro pecado (lo llevamos a la luz), Jesús es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad.

Al decir que no tenemos pecado nosotros cubrimos la verdad con nuestro orgullo y terminamos sumergidos en la oscuridad y es tanto nuestro orgullo y ceguera que terminamos llamando a Dios “Mentiroso”. Como estamos sumergidos en la oscuridad su palabra de vida no podrá llegar a nosotros. Definitivamente la palabra de Dios no esta en nosotros.

Vivir en oscuridad es terrible porque es estar lleno de pecado, pero si pecamos tenemos un abogado que intercede por nosotros, incluso murió por nosotros para salvarnos de esa oscuridad. Y no solo por nosotros sino por todo el mundo.

Nosotros podemos distinguir a alguien que conoce a Dios y lo ha visto porque esa persona guarda los mandamientos de Dios. Pero si alguien dice que conoce a Dios pero no guarda sus mandamientos es una persona que tiene el corazón endurecido y ha esta ciega.

Hay personas ciegas que creen estar en lo correcto, y hasta decir que conocen a Dios, ellas han endurecido su corazón y hasta que no se humillen y vean con claridad, vivirán en una gran oscuridad apartados de la luz de Dios.

Pero quien haya decidido habitar en la luz y guardar los mandamientos de Dios, la fe y el amor, como esta logrando mantenerse en la luz, el amor de Dios ha llegado a su plenitud en esta persona.

Quien dice que permanece en Dios, debe humillarse, sacarse la oscuridad de sus ojos, decidir por vivir en la luz y así podrá vivir como vivió Jesús.

El medidor para saber si alguien vive en la luz será el Amor, si alguien dice que vive en la luz, pero odia a su hermano esa persona aun vive en oscuridad, esta persona ya no logra pensar bien por que vive como ciega en la oscuridad.

Juan dirige un mensaje muy puntual a todos: a los que les han sido perdonados los pecados, a los que han logrado habitar en la luz y conocer a Dios. A los jóvenes que con esfuerzo han logrado vencer las tentaciones y vencido al Maligno porque la Palabra de Dios permanece en ellos.

Juan dirige un mensaje muy puntual a todos nosotros, recién nacidos o “maduros espirituales”: No amen al mundo ni lo que hay en el mundo.

Porque lo que hay en el mundo son los apetitos desordenados de la carne y de los ojos y la idolatría a las riquezas. El amor del Padre no puede habitar en alguien que ame todo lo que ofrece este mundo. Incluso todo lo que ofrece el mundo se ha de acabar, pero quien cumple la voluntad de Dios permanecerá para siempre.

Se ha oído de anticristos y sectas con doctrinas falsas, algunos de lo que ahora enseñan estas cosas antes eran de nuestro grupo, pero como nosotros andamos en luz y… la luz molesta a la oscuridad, ellos han salido de nuestro grupo.

Si Dios es justo, todos los que nacen de Dios también obran según la luz y la justicia

Dios nos ha llamado a ser sus hijos para VIVIR SU VIDA EN ESTE MUNDO. Vivir como Dios, con amor, santidad y luz.

A medida que conozcamos a Jesús , nos pareceremos mas a el, y cuando el vuelva a este mundo, se manifestara la gloria completa de ser hijos de Dios ya que también veremos a Jesús en toda su gloria.

Si tenemos la esperanza de ver a Jesús tal como es, nosotros debemos purificarnos continuamente en la luz.

El que comete pecado no solo vuelve a la oscuridad sino que su corazón se llena de Maldad.

En Jesús no hay pecado y precisamente Jesús se manifestó y se sacrificó para borrar esos pecados, así que no podemos coquetear con ellos. Si queremos conocer de verdad a Jesús cara a cara debemos evitar todo pecado.

Y el pecar es tan desastroso para nosotros que nos puede quitar nuestra identidad de ser hijos de Dios y pasar a ser hijos del diablo. Vivir en oscuridad es muy peligroso.

Felizmente para nosotros, hemos nacido de nuevo y ahora nuestra naturaleza no es hacer el mal, cometer pecados, o vivir en la oscuridad sino que ahora nuestra naturaleza es vivir en santidad.

El que ha nacido de Dios vive en santidad porque tenemos los genes de Dios y no podemos pecar.

Como somos luz, y el mundo vive en oscuridad, todo el mundo nos detesta.

Si odiamos a nuestro hermano nos convertimos en asesinos, en vez de odiar a la gente debemos amarla así como hizo Jesús: Hasta dar la vida por ellos. Al guardar este mandamiento del amor, nosotros podremos habitar en la misma luz de Dios y Dios vivirá en nosotros todos los días manifestando su presencia a través del Espíritu Santo que nos ha dado.

Si nos amamos los unos a los otros, Dios mora en nosotros y su amor ha llegado a nosotros a la perfección.

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